La discapacidad es una realidad que afecta a millones de personas en todo el mundo, y reconocerla de manera adecuada es fundamental para garantizar el acceso a recursos, ayudas y servicios que mejoren la calidad de vida. En España, el grado de discapacidad se establece mediante una valoración oficial que tiene en cuenta diferentes aspectos físicos, mentales, sensoriales y sociales.
En este artículo te explicamos qué es un grado de discapacidad, cómo se clasifica, qué criterios se utilizan para su evaluación y qué beneficios se derivan de su reconocimiento. En Viva la Vida Servicios Asistenciales, trabajamos a diario con personas en situación de dependencia o discapacidad, por eso te ofrecemos información clara y actualizada que puede ayudarte a entender mejor este proceso.
¿Qué es el grado de discapacidad?
El grado de discapacidad es una medida porcentual que refleja el nivel de limitación que tiene una persona para realizar actividades cotidianas debido a una deficiencia física, psíquica, intelectual o sensorial. Esta valoración no solo considera la condición médica, sino también cómo afecta la autonomía y la integración social de la persona.
Este reconocimiento se realiza a través de un dictamen técnico facultativo, emitido por los Equipos de Valoración y Orientación (EVO) de los servicios sociales de cada comunidad autónoma. La valoración es oficial y tiene validez legal para solicitar determinadas ayudas, prestaciones o beneficios fiscales.
Clasificación de los grados de discapacidad
La escala oficial en España establece cinco niveles de discapacidad, medidos en porcentaje. Cada uno de estos grados implica un distinto nivel de apoyo y derechos sociales asociados:
1. Grado 1: Discapacidad del 0% al 24%
- No se considera discapacidad legalmente reconocida.
- Aunque puede haber una afectación médica, no se cumplen los criterios para beneficiarse de ayudas oficiales.
- En algunos casos se puede acceder a recomendaciones preventivas o de seguimiento.
2. Grado 2: Discapacidad leve (25% al 49%)
- Ya se reconoce oficialmente como discapacidad.
- El impacto funcional es bajo o moderado, pero puede limitar ciertas actividades.
- Da acceso a algunas ayudas específicas, descuentos o adaptaciones laborales.
3. Grado 3: Discapacidad moderada (50% al 64%)
- Implica una mayor limitación para la vida diaria.
- Posibilidad de acceder a pensiones no contributivas por discapacidad.
- Prioridad en acceso a servicios sociales, vivienda adaptada, empleo protegido, etc.
- Derecho a tarjeta acreditativa de discapacidad.
4. Grado 4: Discapacidad severa (65% al 74%)
- Afectación grave de la autonomía personal.
- Posibilidad de necesidad de tercera persona.
- Acceso a mayores beneficios económicos y sociales.
- Reducción de jornada laboral, bonificaciones fiscales, ayudas técnicas, etc.
5. Grado 5: Discapacidad muy severa (75% o más)
- Grado más elevado.
- La persona requiere asistencia continua de otra persona para realizar actividades básicas.
- Máximo nivel de protección social y prestaciones.
- Puede coexistir con el reconocimiento de dependencia (ley de dependencia).
¿Cuáles son los criterios para valorar el grado de discapacidad?
La valoración del grado de discapacidad se rige por el Real Decreto 888/2022, que actualiza los criterios técnicos y médicos aplicados anteriormente. Este sistema es más preciso y se adapta mejor a los principios de la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud (CIF), de la Organización Mundial de la Salud.
Los principales criterios evaluados son:
1. Deficiencias corporales
Se valoran las alteraciones estructurales o funcionales de órganos o sistemas, como por ejemplo:
- Pérdida de movilidad.
- Deterioro de la visión o audición.
- Trastornos neurológicos.
- Enfermedades crónicas invalidantes.
Cada deficiencia se puntúa en una escala estandarizada según su gravedad.
2. Limitaciones en la actividad
Se refiere a las dificultades que tiene la persona para realizar tareas del día a día, como:
- Vestirse.
- Comer.
- Desplazarse.
- Comunicarse.
Cuantas más actividades estén afectadas, mayor será el grado de discapacidad reconocido.
3. Restricciones en la participación
Aquí se evalúa el impacto social y personal de la discapacidad, considerando:
- Dificultades para acceder al empleo o la educación.
- Barreras para participar en actividades comunitarias.
- Aislamiento social o falta de apoyo familiar.
4. Factores contextuales y ambientales
Además de la situación médica, se valora el entorno en el que vive la persona:
- Apoyos disponibles (familia, cuidador, servicios sociales).
- Condiciones de la vivienda.
- Accesibilidad en el entorno urbano.
Esto permite una visión más completa y justa del grado de discapacidad.
¿Cómo se solicita la valoración del grado de discapacidad?
El procedimiento es gratuito y voluntario, y se inicia mediante una solicitud que se presenta en los servicios sociales de tu comunidad autónoma. Los pasos habituales son:
- Presentar la solicitud: junto con informes médicos actualizados, DNI y otros documentos.
- Valoración médica y social: un equipo profesional realiza entrevistas, pruebas funcionales y estudios clínicos.
- Dictamen técnico: se emite una resolución con el porcentaje asignado y, en su caso, con recomendaciones o servicios.
- Reconocimiento oficial: se entrega una tarjeta de discapacidad válida en todo el territorio nacional.
¿Qué beneficios tiene tener un grado de discapacidad reconocido?
Contar con un reconocimiento oficial de discapacidad abre la puerta a múltiples beneficios:
- Prestaciones económicas: como pensiones no contributivas, subsidios por hijo a cargo o ayudas para el cuidado en el hogar.
- Acceso prioritario a servicios sociales: residencias, centros de día, teleasistencia, etc.
- Ayudas técnicas: sillas de ruedas, audífonos, productos de apoyo, adaptaciones del hogar o vehículo.
- Beneficios fiscales: deducciones en IRPF, IVA reducido, exenciones en vehículos.
- Empleo protegido: inclusión en bolsas de trabajo específicas, reserva de plazas en oposiciones, adaptación del puesto de trabajo.
- Educación y formación: acceso a apoyos escolares, itinerarios adaptados, becas y ayudas.
Discapacidad y dependencia: ¿son lo mismo?
Es importante diferenciar entre discapacidad y situación de dependencia, aunque muchas veces pueden ir de la mano. La discapacidad hace referencia a la limitación funcional o sensorial, mientras que la dependencia evalúa la necesidad de apoyo para realizar actividades básicas de la vida diaria.
Una persona puede tener discapacidad sin ser dependiente, o viceversa. No obstante, ambos reconocimientos pueden combinarse para acceder a mayores ayudas y servicios.
En Viva la Vida Servicios Asistenciales, ofrecemos cuidados personalizados a personas con discapacidad o dependencia, ya sea en el domicilio o en recursos complementarios. Nuestro equipo está formado por profesionales cualificados que garantizan atención humana, segura y profesional.
Conclusión
Conocer los grados de discapacidad y los criterios para su evaluación es fundamental para ejercer los derechos que corresponden a las personas en esta situación. Este reconocimiento no solo facilita el acceso a recursos, sino que también visibiliza una realidad que necesita acompañamiento, respeto y apoyo institucional.
Si tienes dudas sobre cómo iniciar el proceso o necesitas ayuda para cuidar de un familiar con discapacidad, en Viva la Vida Servicios Asistenciales estamos a tu disposición. Nuestro compromiso es ofrecer atención de calidad, centrada en la persona, y acompañarte en cada etapa del camino.
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