Cada 3 de diciembre se conmemora el Día de la Diversidad Funcional, una fecha que invita a reflexionar sobre la importancia de reconocer y atender las necesidades de las personas con discapacidad, con especial atención a los adultos mayores. Este término, que pone énfasis en las capacidades y no en las limitaciones, abarca situaciones derivadas de enfermedades, accidentes o condiciones de nacimiento que afectan la capacidad de una persona para realizar actividades físicas, mentales o sociales. En el caso de la tercera edad, los procesos de envejecimiento natural y la evolución de enfermedades crónicas pueden intensificar estas dificultades, haciendo imprescindible garantizar un apoyo integral que promueva su bienestar e inclusión.
¿Qué significa la diversidad funcional en los adultos mayores?
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), una persona con discapacidad es aquella que presenta limitaciones físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo, que al interactuar con barreras del entorno dificultan su participación plena en la sociedad. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el porcentaje de personas mayores que viven con alguna forma de discapacidad se incrementa significativamente con la edad, especialmente entre los 75 y 84 años.
El concepto de diversidad funcional busca adoptar una visión más inclusiva y positiva, destacando las capacidades de cada persona y promoviendo una integración plena en la sociedad. Este enfoque es fundamental en una sociedad que aspira a ser más justa y equitativa.
Categorías principales de discapacidad en la tercera edad
Las discapacidades que afectan a los adultos mayores pueden clasificarse en diversas categorías, cada una con características específicas que requieren atención:
- Discapacidad física: Involucra dificultades relacionadas con el movimiento y la motricidad. Puede ser funcional (afectaciones en músculos o articulaciones) u orgánica (problemas en órganos internos o procesos fisiológicos).
- Discapacidad mental: Abarca alteraciones en la salud mental que pueden afectar el pensamiento, el comportamiento o las emociones.
- Discapacidad intelectual: Incluye limitaciones en habilidades como la comunicación, la toma de decisiones y la comprensión.
- Discapacidad sensorial: Relacionada con afectaciones en los sentidos, como la vista, el oído o el tacto.
- Pluridiscapacidad: Cuando una persona enfrenta varias discapacidades que afectan múltiples áreas de su desarrollo y funcionalidad.
La importancia del envejecimiento activo
La OMS promueve el concepto de «envejecimiento activo», que enfatiza la importancia de mantener la salud física, emocional y mental en las personas mayores. Este enfoque busca prevenir la aparición o el agravamiento de discapacidades mediante hábitos saludables, acceso a servicios de salud y un entorno adecuado.
Con el aumento de la esperanza de vida, es común que las limitaciones funcionales se incrementen en la tercera edad. Sin embargo, es posible reducir su impacto mediante medidas como diagnósticos tempranos, rehabilitación, acceso a dispositivos de apoyo y la eliminación de barreras arquitectónicas.
Principales causas de discapacidad en personas mayores
Diversas condiciones médicas pueden conducir a la discapacidad en la tercera edad. Según la OMS, las más comunes incluyen:
- Enfermedades neurodegenerativas: Como el Alzheimer o la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), que afectan progresivamente las funciones cognitivas y motoras.
- Enfermedades mentales: Trastornos como la depresión o la ansiedad que, si no se tratan, pueden limitar gravemente la calidad de vida.
- Enfermedades cardiovasculares: La hipertensión y otras afecciones relacionadas con el corazón son causas frecuentes de limitaciones físicas.
- Daño cerebral adquirido: Lesiones causadas por accidentes o eventos como infartos cerebrales que pueden dejar secuelas significativas.
Cada una de estas condiciones requiere un abordaje personalizado que considere tanto las necesidades médicas como las sociales y emocionales de las personas afectadas.
Acciones para promover la inclusión y la accesibilidad
La conmemoración del Día de la Diversidad Funcional nos recuerda la necesidad de construir entornos accesibles e inclusivos. Para los adultos mayores, esto implica superar barreras físicas, como la falta de rampas o ascensores, y también las sociales, como la discriminación o el aislamiento.
La inclusión no solo se trata de garantizar acceso físico, sino también de fomentar un cambio cultural que valore la diversidad como un activo. Esto incluye:
- Campañas de sensibilización: Promover el respeto y la empatía hacia las personas con discapacidad.
- Eliminación de barreras arquitectónicas: Adaptar los espacios para que sean accesibles para todos.
- Apoyo en la vida diaria: Proveer servicios de asistencia a domicilio, rehabilitación y ayudas técnicas.
- Fomentar la participación activa: Incentivar la integración de los adultos mayores en actividades culturales, recreativas y sociales.
Más allá de una fecha: Compromiso constante
El 3 de diciembre es un recordatorio anual de la importancia de la diversidad funcional, pero el trabajo por una sociedad inclusiva debe ser continuo. En el caso de los adultos mayores, este compromiso es especialmente relevante, ya que ellos enfrentan desafíos únicos que afectan su calidad de vida y su dignidad.
Es fundamental reconocer que la discapacidad no define a la persona. Su valor reside en su resiliencia, su fortaleza y sus aportaciones a la sociedad. Frases como «la discapacidad no es una limitación, sino una oportunidad de superación» nos inspiran a construir un mundo donde todas las personas puedan desarrollar su potencial plenamente.
Un llamado a la acción
En este Día de la Diversidad Funcional, renovamos nuestro compromiso con la inclusión y el respeto hacia todas las personas. Implementar políticas públicas inclusivas, sensibilizar a la población y ofrecer recursos adaptados son pasos clave hacia una sociedad más equitativa.
Para los adultos mayores, esto significa garantizar acceso a servicios de salud, programas de rehabilitación y un entorno que promueva su autonomía y bienestar. Es hora de trabajar juntos por un futuro donde la diversidad funcional sea vista como un valor que nos enriquece como sociedad.